martes, 3 de diciembre de 2013

Y tú, ¿exiges igualdad?

Colombia es un país lleno de riquezas, flora, fauna; rico en cultura, en materia prima y muchas cosas más. Pero, pese a esto, vivimos en un país fragmentado socialmente, un país que carece de valores; pues aunque a lo largo de nuestra educación nos  hablan siempre de estos en repetidas ocasiones, parece ser que sencillamente son palabras que quedaron plasmadas en un cuaderno de “ética y valores”, palabras que nunca se convirtieron en acciones.Somos seres acostumbrados a trabajar de manera individual, a reaccionar solo en contra de lo que nos afecta directamente.

Somos seres desagradecidos con la tierra que nos vio nacer, solo nos importa lo que pase con nosotros. Pero entonces, que pasa con todos aquellos valores que algún día nos enseñaron como solidaridad, tolerancia, respeto, etc.? 


Nos hemos convertidos en seres humanos que confían en la violencia y desconfían de la paz. Pues lo normal es ver a un político cuya ética y moral es puesta en duda y no a uno correcto y honrado. 


Para nosotros, hoy en día, es más sencillo describir la palabra violencia que la palabra paz. La violencia es nuestro pan de cada día, la escuchamos en la radio, en la televisión, e incluso muchos llegan a vivirla directamente. Sin embargo aunque nos enteramos de la difícil situación que en nuestro país se vive y de los muchos afectados que a raíz de esto la violencia ha dejado, nos hacemos los sordos y olvidamos esos valores ya antes mencionados.


No nos hemos puesto en la tarea de ponernos en el lugar del otro, de tratar de entender y ayudar. Sencillamente nos convertimos en espectadores y no en emisores. Se nos hace tan normal ver desplazados por la violencia e incluso personas cuyos derechos fundamentales les son violados por su falta de conocimiento al respecto, y nuestra única respuesta a esto son palabras de conmiseración.


Y todo esto porque nos hemos acostumbrado a levantarnos en contra de lo que nos hace daño, somos seres individualistas y egoístas en donde el “yo” es lo que siempre se debe proteger. Entonces ¿tenemos el derecho para criticar a personas que no van acorde a lo impuesto por la sociedad moralmente? ¿Somos seres humanos aptos para hablar de valores? La respuesta es: no.


Al parecer nos hace falta saber que una sola persona, aunque parezca “poco”, hace la diferencia. Nos hace falta recordar todos aquellos valores que alguna vez aprendimos y pasar de la teoría a la práctica. Nos hace falta aprender que todos somos Colombianos y que como tal debemos actuar. Nos hace falta aprender a luchar por lo que merecemos. Nos hace falta exigir igualdad.