Te vi y
pensé que en ti habría perfección, me gustaste, y luego descubrí que no eres
perfecto. No quiero mentirte, en el momento, me frustré pero pasado el
tiempo comprendí que yo tengo errores y que por supuesto tú también
tienes derecho a tenerlos. Me enamoré de ti, me enamoré de tu dulzura, de tu
mirada, de tus palabras y de tus ganas de salir adelante; sin embargo de eso
cualquiera puede enamorarse, pero yo no soy cualquiera y es por esto que
también me enamoré de tus errores y de tus debilidades; finalmente entendí que
lo único perfecto en ti es el Dios que está contigo y que además tú amas, por lo
cual te prefiero a ti.
Karen Vásquez Lacouture