miércoles, 28 de enero de 2015

Sonríele a la vida.

A lo largo de nuestra vida escuchamos, y hoy gracias a las redes sociales también leemos, que hay que sonreírle a la vida. Pero alguna vez te has preguntado ¿qué significa eso?

Desde muy pequeños aprendemos a soñar. Soñamos con una vida perfecta, con ir al colegio, luego  a la universidad, conseguir una buena posición económica y  durante todo este  camino  conocer a esa persona maravillosa, perfecta, con la cual deseemos compartir el resto de nuestros dias, tener hijos, educarlos juntos y vivir felices para siempre. En fin, tener una historia de película.

Pero resulta, que con el pasar del tiempo estos sueños  tienen un fuerte encuentro con la realidad. Durante el colegio y la universidad, día a día, descubrimos una vida totalmente diferente,  una vida llena de dificultades. Con la llegada de nuestra amiga la conciencia y viendo el ejemplo de nuestros padres nos damos cuenta  que tener una buena posición económica no es tan fácil; y en la búsqueda del amor  muchas veces fallamos, pues todo el tiempo estamos juzgando al otro por no ser como el ideal perfecto de pareja que el mundo nos pinta. Entonces nos encontramos con algo totalmente opuesto a lo anhelado. Y en este punto tenemos solo dos opciones: frustrarnos y vivir una vida amargada, encerrados en el “yo quisiera” “me gustaría” “ojala algún día” o  sonreírle a la vida.

Obviamente el camino más fácil es el primero, pues el segundo no se trata solo de estar siempre feliz, “sonreírle a la vida” es mucho más que esto. Es disfrutar cada momento, agradecer por cada instante, entender que aun las cosas malas al final serán nuevas historias, de donde sacaremos grandes aprendizajes, que nos harán más fuertes y moldearan nuestro carácter. Sonreírle a la vida se trata de imponer metas y vencer obstáculos por grandes o pequeños que estos sean,  entender que nadie es perfecto (solo Dios) y que cualquiera puede fallar y al fallar me puede lastimar. Sonreírle a la vida es guardar el corazón, perdonar y no tener rencor. Sonreírle a la vida es comprender que ésta no es sencilla, pero aun así amarla y todos los días luchar por hacer cada sueño realidad.


Quizá esto no sea fácil, pero te aseguro que es la mejor opción. Así que, ¿qué esperas? ¡Sonríele a la vida!